lunes, 14 de abril de 2008

Rajes del Oficio 2

Quizás el titulo del libro (Rajes del Oficio 2) sea bastante denotativo; sin embargo al leer estos capítulos, que si bien es cierto son entrevistas a prestigiosos periodistas, te hace conocedor de los secretos no tan guardados por aquellos que desempeñan el oficio más noble; pero no por esto el más débil.


En los capítulos de Rajes del Oficio 2 he leído acerca de Mario Vargas Llosa, Enrique Zileri y Gustavo Gorriti; periodistas que han marcado hitos, cuya principal característica ha sido el coraje, el valor para desempañar su oficio frente a tantas dificultades como las presiones o la intolerancia a la verdad.


Creo haber entendido que existe una estrecha relación entre el periodismo y la literatura, los dos son un híbrido con una pequeña diferencia, donde le periodismo es escribir hechos que se pegan a la verdad con total exactitud y la literatura es escribir hechos ficticios creados por la imaginación del escritor.


En estos tres periodistas encuentro diversas cosas en común, como el sentido de las cámaras ocultas que son válidas en casos donde se quiera revelar un delito; mas no para buscar amarillismo o explotar los bajos instintos de la gente. Otra característica en común es la de tener bastante claro que es ser periodista; aquel que trata de informar lo mejor posible a los ciudadanos para darles poder y libertad; además de la cualidad innata que debe tener todo hombre de prensa que es la curiosidad, la inteligencia y sobre todo el coraje, que es lo que más se necesita en este oficio.


Algunas diferencias que presentan estos hombres de prensa son los temas del Perú; por ejemplo a Vargas Llosa le enfurecen los inmensos contrastes culturales, la desinformación y el egoísmo; mientras que a Zileri es el lograr algo con una mano y con la otra borrarlo; y para Gustavo Gorriti es la cobardía, la cortesanía de las elites dirigentes.


A pesar de las adversidades o de las tentativas de la gente de poder ; ellos luchan por defender su profesión ; por contar la verdad , aquella que no solo castiga a los implicados en el delito o enaltece a los protagonistas de los hechos ;sino también beneficia a los ciudadanos que no son más que la lealtad fundamental del periodista.